Quien quiera ver el infinito que cierre los ojos.
Milan Kundera.

Razón de existir (de este blog)

Autores de renombre que escriben sin verosimilitud. Escritores noveles que se desgarran las entrañas para impregnar de dolor las palabras. Todos merecen ser reconocidos.



Algunos lectores descubren en cada página, oculto entre líneas, un mensaje. Otros visualizan las imágenes irónicas que finalizan la trama. Un libro tiene tantas lecturas como personas se atreven a abrirlo y penetrar en un mundo desconocido del que tomarán un símbolo e incorporarán a sus almas. Todos debemos reconocer, compartir y discutir.



Este espacio es para expresar lo que nos dejó un libro (disgustos o placeres) sin importar su origen.




viernes, 17 de septiembre de 2010

La profecia Romanov. Steve Berry

De lectura amena. Entrelaza la controversial revolución bolchevique con la época actual a través de la intriga y de una hipótesis nada descabellada: el regreso de la figura del zar como gobernante de todas las Rusias. Es raro encontrar una novela contemporánea en donde el erotismo se toque muy superficialmente. Las explicaciones para quienes tienen poco conocimiento sobre el asesinato de Nicolás II y su familia se tornan en claras imágenes. El autor hace visible la mayor parte del texto. La división en capítulos cortos hace más ligera la lectura. El uso de pocos personajes y el apropiado cambio de contexto son otras de las cualidades de la novela.
Lo malo: las persecuciones con estilo de película de Hollywood. El personaje sale bien librado de los más increibles problemas.
Se agradece la nota del autor al final de texto donde se detalla la parte histórica y la ficticia. La traducción de Ramón Buenaventura es de reconocerse.
Conclusión: Novela ligera, sin mucha complejidad en su estructura. Para entretenerse un buen rato.

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